La
educación formal y la educación no formal. Servicios de atención a
la infancia
Las
nuevas necesidades sociales han requerido nuevas formas de
intervención educativa, unas veces desde la educación formal y
otras desde la educación no formal. Se entiende por educación
formal aquella que forma parte del
sistema educativo, tenga carácter obligatorio o no obligatorio.
Abarca todas las etapas que lo integran, desde la educación infantil
hasta la universidad. A veces también se le denomina educación
reglada y la superación de una de sus etapas lleva consigo el
reconocimiento de un título académico. Para los menores de seis
años la educación formal coincide con la educación infantil.
La
educación no formal es
un concepto relativamente reciente que hace referencia a los
proyectos con una intención y contenido educativo que no forman
parte del sistema educativo. Entre sus características destacaremos:
• Posibilidad
de desarrollarse por diferentes grupos o asociaciones.
• Instalaciones
adecuadas y seguras pero sin requisito establecido.
• Duración
en función de las necesidades de los usuarios y del contexto en que
se desarrolla.
• Contenidos
determinados por la misma organización que la promueve de acuerdo
con los fines que persigue y las personas a las que va dirige.
Por
otro lado, a los profesionales que la desarrollan se les suele exigir
formación y experiencia en actividades similares en lugar de
titulaciones académicas. Es por todo ello por lo que se dice que la
educación no formal es mucho más flexible que la educación
formal.
La
educación no formal podemos encontrarla en proyectos de diferente
ámbito o naturaleza como el ocio y tiempo libre, la
educación ambiental, la animación en hospitales y en bibliotecas
o en campamentos urbanos.
Desde
el punto de vista metodológico, la educación no formal
persigue objetivos concretos y centrados en los intereses y
necesidades de las personas y grupos a los que va destinada y utiliza
recursos innovadores centrados en la participación, la creatividad y
el juego.