Estrenamos el
blog con una aclaración del tema que queremos tratar de aquí en adelante.
En primer lugar,
intentaremos hacer una definición del tema a tratar, los contextos educativos.
Para ello, será necesario definir qué entendemos por educación:
“Proceso de acción sobre el individuo a fin de llevarlo a
un estado de madurez que lo capacite para enfrentar la realidad de manera
consciente, equilibrada y eficiente, y para actuar dentro de ella como
ciudadano participante y responsable.” Narci, 1985.
“Proceso multidireccional mediante el cual se transmiten
conocimientos, valores, costumbres y formas de actuar. La educación no sólo se
produce a través de la palabra: está presente en todas nuestras acciones,
sentimientos y actitudes.”
“El proceso de vinculación y concienciación cultural, moral
y conductual. Así, a través de la educación, las nuevas generaciones asimilan y
aprenden los conocimientos, normas de conducta, modos de ser y formas de ver el
mundo de generaciones anteriores, creando además otros nuevos.”
Existen tres tipos de educación:
1. Educación formal: hace
referencia a los ámbitos de las escuelas, institutos, universidades, módulos…
2. Educación no formal: se
refiere a los cursos, academias,…
3. Educación informal: es aquella que abarca la
formal y no formal, pues es la educación que es adquirida a lo largo de la
vida.
Por tanto, podemos concluir que, con contextos educativos,
nos referimos a aquellos lugares en los que se transmiten conocimientos. Así,
el concepto de contextos educativos, queda mucho más amplio de lo que en un
principio se podría intuir, ya que no nos referimos tan solo a la educación en
las escuelas, también nos referimos a contextos educativos como son la familia,
el grupo de iguales, la universidad, las escuelas de ancianos,… Además, tampoco
restringimos el contexto educativo a una determinada edad, ya que el proceso
madurativo de una persona puede durar toda la vida.
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